jueves, 14 de enero de 2010

Maradiaga, el cardenal.


El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez de Maradiaga ha pasado un año difícil. A estas alturas todos conocemos lo ocurrido en su país: Como un presidente, saltándose las leyes, ha querido perpetuarse en el poder. Como el cardenal ha demostrado una vez más dotes de líder al ser uno de los opositores a que en su querido país se imponga un régimen al estilo venezolano, del cual estamos viendo las consecuencias que no tardarán en empeorar y recemos para que no haya ningún conflicto bélico en Latinoamérica.
La Iglesia debe estar siempre del lado de la Justicia guste a quién guste y cueste lo que cueste. El cardenal con sus actuaciones ha buscado y busca lo mejor para su país.
La Iglesia no debe inmiscuirse en política pero si debe trabajar por la justicia, la paz, el bienestar social... facetas que implican el decir las cosas claras y bien altas. Dios quiere lo mejor para todo hombre; la Iglesia debe ayudarnos a conseguir ese objetivo. Los obispos tienen el deber, la obligación de orientar a sus fieles en todos los órdenes de la vida: en el espiritual, por supuesto, pero también en el material. Eso es lo que ha hecho éste Cardenal.

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